miércoles, 26 de diciembre de 2007

Misterio sin resolver


¿Cuánto realmente tarda una herida en sanar? Es algo que no logro determinar con exactitud. Cuando me refiero a una herida, no me refiero a algo que físico, a un corte sobre nuestra piel, a alguna lesión por una caída, a una laceración. Me refiero a esas heridas que se llevan en lo profundo, ahí donde se guardan nuestros sentimientos. La respuesta común al respecto, es dejar que el tiempo sane las heridas. Pero, ¿cuánto es el tiempo prudencial?, ¿por qué no sana cuándo queremos que sane y lo dejamos al paso del tiempo?, ¿Y si el tiempo pasa lento y no con la velocidad que quisiéramos?, ¿Podemos determinar cuánto tiempo es necesario?, ¿O tenemos que dejarlo todo al azar?, ¿Qué pasa cuándo queremos despegar pero el lastre del pasado no permite volvernos ingrávidos?, ¿De qué manera el miedo y la desconfianza se vuelven motivación y seguridad? No sé, es complicado, quizá porque la ciencia del amor es la más confusa; las leyes de los sentimientos no requieren de ecuaciones y se ajustan de manera particular a cada pequeña circunstancia, por tanto, son impredescibles, incalculables los resultados. No hay fórmula apropiada.

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