sábado, 31 de mayo de 2008

Falso profeta

Este fue el predicador callejero más cínico que he visto. No se subió al bus predicando en nombre de alguna organización benéfica que salve a los adictos, o a los enfermos convalecientes y abandonados en algún hospital, o a los privados de libertad. Tampoco recurrió al pateado pasaje de "Dios bendice al hombre dadivoso", que sí existe y está en el libro segundo de Corintios. No. No usó este estratagema ni ningún otro pero soltó su verborrea religiosa y empuñó la Biblia como el resto, predicó como si que alguien se lo hubiese pedido. Gritaba, escupía, sudaba e incitaba a rezar, a purgar los pecados, a condenar a los homosexuales, a los pecadores, a los que adoran ídolos y falsos profestas, a los que utilizan la palabra de Dios en vano -él era uno y ni cuenta se daba-, a los que violan, matan y lastiman al prójimo -lastimó mis oídos durante media hora. Pero le puse atención finalmente cuando interrumpió su discurso, bajó la voz y dijo más calmado que él predicaba por su cuenta, porque Dios se lo había encomendado y las Sagradas Escrituras decían en el Libro de Corintios que Jesús dijo que quien predicaba, que viviera de predicar. Acto seguido, pidió dinero a los pasajeros. No apunté el capítulo ni el versículo que citó de Corintios pero no más llegué a la oficina, corrí hacia mi computadora y busqué el texto. Honestamente, no concebía que la Biblia admitiera tan directamente que predicar era un negocio y ser bendecido tiene un precio -lo hacen los "representantes" de Dios en la Tierra de manera más discreta. Leí Corintios, los dos libros -no sabía que habían dos, jajaja- y no encontré la justificación del predicador gritón. Pero sí encontré estos versículos que le diré la próxima vez que lo vea: "Porque la fe no consiste en palabras si no en virtud" (Capítulo 4, versículo 20) y este que dice que "aun la locura de Dios es más sabia que los hombres, aun el miedo de Dios es más valiente que los hombres" (no apunté el capítulo ni el versículo, se los debo) En fin, no soy católico, al contrario, soy crítico de muchos de sus dogmas, pero sobre todo, de aquellos que utilizan las religiones para manipular, oprimir, mentir o simplemente, vivir de ello y de la bolsa de los ingenuos.

lunes, 19 de mayo de 2008

El mejor regalo

Comencemos por la conclusión. La intención de este escrito es decir, simplemente, que el mejor regalo es aquel que es superado sólo por el esfuerzo que se requirió para conseguirlo y que hizo, a la vez, que la voluntad de entregar el regalo a toda costa fuera tan intensa como el esfuerzo mismo. Digo esto porque recibí de la persona más especial, el más especial de los regalos: un libro. Sí, sencillamente un libro. A pesar que las personas que me conocen saben que me gusta leer, sólo unos pocos han preguntado qué me gusta leer más o qué obra particular me ha cautivado y sólo una persona pudo regalarme esa novela favorita. Y la historia también es sencilla pero llena de lecciones. Un día, alguien decide regalarte algo, pero cuesta encontrarlo. Por irónico que parezca, se trata de un libro. Así es en Nicaragua; la precaria economía ligada con la falta de hábito por la lectura, ha provocado que muchos títulos ni siquiera lleguen hasta la frontera si no que pasan por alto al país hacia otros. Pero la persona no se rinde; quizá, a ratos, lo deja a un lado pero no lo olvida. Un día, alguien le dice dónde está. Para entonces, habrán pasado no sé cuántas llamadas, no sé cuántas consultas, no sé cuántas búsquedas en internet, no sé cuántos correos enviados a amigos que viven fuera de Nicaragua para preguntar dónde puta hallar el libro. Pero se pudo, y sucedió el día que menos se pensaba. Por eso, el regalo es superado por el esfuerzo y la voluntad y así recibí, prácticamente, un regalo y dos lecciones de vida. ¿El título de la obra? No importa ya, aunque bueno, se llama "La insoportable levedad del ser". Ya ni siquiera suena tan bonito o llamativo el nombre de la obra, vale un pito de qué se trate porque el esfuerzo mismo que conllevó conseguirla es suficiente. Enormemente agradecido, eternamente en deuda.

viernes, 9 de mayo de 2008

Héroe de verdad


De los súperheroes de los comics, Batman es mi favorito. Me parece el tipo con más personalidad de todos, me parece el más humano y quien sí realmente merece esta distinción. La siguiente reflexión surgía mientras miraba en el cine a Iron Man, en una versión ligeramente mejorada en cuanto a sus orígenes. Batman me parece particular porque ni siquiera tiene súper poderes. No es como el llorón de Superman, un extraterrestre que le daña un material inexistente. Batman solamente tiene una cantidad sorprendente de aparatos y herramientas para hacer sus malabares. Lo que me gusta de él, además, es que nunca quiso ser súperheroe, solamente quiso vengarse de su familia e irse a su casa para aburrirse solo. Pero bueno, cambió de parecer a última hora. Otro punto a favor es que detrás de la máscara se encuentra un millonario aburrido que demostró que puede invertir su dinero salvando a Ciudad Gótica. Buen ejemplo a seguir, ojalá los Pellas hicieran lo mismo. Bueno, ya sabés que seré el primero en la fila cuando estrenen The Dark Knight. Lo siento jajaja...

viernes, 2 de mayo de 2008

¿Dónde tienen el hoyo?


Estos son los peores días del verano. Mucho calor, las calles son un gigante asador, la espalda está permanentemente empapada. En las calles, sopla el aire pero es caliente y todo es un gran baño de sauna. Son los días en que más deseo estar en la oficina, donde hay sombra y una agradable temperatura de 19 grados. Pero sucede que los jefes, bajo el supuesto de que hay que ahorrar energía, apagan el aire entre las 12 pm y las 2 pm, y a las 5 pm en adelante. Ahí se acaba la fiesta. Unos cuantos montaron una campaña denominada "No al Off del Aire Acondicionado". Imprimieron papeles que pegaron por todos lados, hablaron el gran jefe, quien ablandó la medida y redujo los márgenes del Off. Yo sostengo que en otra vida fui esquimal y tolero bastante al frío. Pero los genios de la campaña, ahora recurren a sus chaquetas para contrarrestar el frío adicional obtenido tras varios días de campaña. ¡No se les halla el hoyo! Si apagan el aire, se mueren de calor; si los mantienen encendidos, se ponen chaquetas. Los perdono pero no los olvido.