miércoles, 30 de enero de 2008

Vuelve la tortura

Dejé de frecuentar las salas de cine por múltiples razones: falta de compañía apropiada, falta de películas atractivas y por supuesto, la mala educación de los asiduos visitantes. Vamos al grano. Odio que la gente conteste llamadas a celular en mitad de la condenada película. Y ya no sólo basta con contestar llamadas si no que, siguiendo la moda, la gente ya no pone tonos decentes en sus aparatos y ahora introducen trozos de canciones. Pero como si eso no bastara, ponen pedazos de temas de reguetón. ¡Por favor! Es demasiado. ¿Cuándo aprenderá la gente?

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