jueves, 16 de abril de 2009

De sueños, conciencia y pelos largos


Al menos una vez al mes, sueño que me miro al espejo y tengo aún el pelo largo. Usualmente, lo tengo suelto y a la altura de los hombros. Desde que me lo corté hace ocho años (pasé por la peluquería aquella nefasta mañana del 11 de septiembre del 2001) tengo este sueño recurrente. Y he buscado la explicación, tanto en la literatura seria como en aquellas persona que gustan de estos temas y los ven con algo de magia. Pero nadie me ha respondido. Lo más cerca que he estado de satisfacer mi curiosidad, ha sido leyendo uno de esos sitios de internet que dicen ser diseñados por especialistas en astrología y demás falsas ciencias. Supuestamente, el sitio decía que mirarse al espejo, en cualquier circunstancia, significa poner en práctica la autobservación. Ese término que suena tan sencillo, es una técnica de evaluación con fines terapéuticos. ¡Uff, demasiado para un pinche y triste sueño! Sin embargo, me hizo pensar un poco. ¿Acaso querrá decir el sueño que estoy a punto de cometer una cagada y que por eso, debo reflexionar más al respecto antes de hacer algo, tomar una decisión o algo así?, ¿O ya la hice y mi Pepe Grillo me está diciendo que debo retractarme o disculparme o hacer algo para resarcir cualquier efecto negativo? Asumí esta explicación y desde entonces, trato de dedicarle un poco más de tiempo al contexto personal al momento de tener este sueño. ¡Gracias Freud por enseñarnos a entender los sueños!

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